27 de noviembre de 2015

Tejer el cuerpo


Del cuerpo para el cuerpo con el cuerpo desde el cuerpo y hasta el cuerpo.


Antonin Artaud.



Hay días en los que sólo quiero bailar.
Días en los que me salen flores hasta por las orejas
y gozo a carcajadas.
Últimamente mis caderas ya no se contoneaban,
mis pies no revoloteaban
y las luciérnagas en mi estómago perdían brillo.
Estaba asustada.

Tuve que hacer paradas obligatorias.
Volver al espacio que habito todos los días,
mi cuerpo.
Necesitaba brindarle tiempo,
escucharlo, apapacharlo, hacerlo feliz.
Recordarle que volviera a sentir,
dejar de guardar silencio,
quería volver a compartirme
pedir ayuda,
quería volver a sonreír.

Recordarle que para seguir luchando y bailando
tenía que respirar,
hacer pausas,
palpar la parte rota
sentir dónde dolía.

Me dolían las ausencias
de mi alegría
de mis movimientos libres
de mi baile
de mi sudor
de mi canto
de mi vaivén.

Hoy le regalo tiempo a mi cuerpo
para tejer todo lo que deseo de mí.
Porque con espacio y tiempo compartido
se hace comunidad,
eso me lo dijo Sofía.
Hoy me tejo lento,
sin prisa

me tejo padentro.



Ana Teresa Barboza